16 nov 2006

OSTINATO


El contrapunto surge, crece y se ramifica entre nosotros semejando un modelo de ficción que carece de lógica; pero no. La disonancia entre castas existe, y la solución está allí, al alcance de tus ojos, labios o manos; pero entretienen tus sentidos con falsas cadencias que ignoran el conflicto, convirtiéndolo en moda, ranking o cacerola. La carencia de ideas no es la causa de nuestros lamentos, sino su vil consecuencia. La melodía es banal, monofónica e insustancial, pero es la que suena en las radios. El minute to minute arrasó con todo, borrando el pasado y rescribiendo el futuro, cristalizando un presente de ringtones y efímeras modas, alterando escalas, matices y texturas. Solemos oír el motivo que se reitera: una y mil veces resuena en nuestras cabezas, pero la causa más "nazarena" subyace nuestra conciencia.
Debemos pues, aceptar lo lamentable de nuestra especie: la ignorancia y la pereza intelectual son el tesoro de los más aptos que editan e iteran este nefasto ostinato.
Sólo la idea de intentar algo nuevo alimenta nuestra esperanza. En algún punto, romper la estructura modulando a otros rumbos, explorando nuevas tonalidades (tensas, excéntricas y poco superficiales) tiende a justificar nuestra travesía.
Jamás podrán sitiar nuestras melodías, seremos música ante la pauta que asupicia este ruido e ideas ante el colectivo letargo creativo.
Inquietas e internas pasiones formarán nuestro acorde: las notas caerán donde quieran (y como quieran) enhebrando la nueva armonía. Llenar los espacios vacíos, latiendo al compás de nuestra conciencia, será nuestro mayor desafío.

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